Muchos alumnos me preguntan que es el Yoga. Después de muchos años de practica y de enseñanza no tengo muy claro que decirles. Casi todos conocemos las definiciones típicas: la unión de la mente y el cuerpo o que es una de las ramas filosóficas mas importantes de la India o que es un estado mental; luego cada cual termina por definirlo de mil maneras distintas. Nos encontramos aquellos que creen que es una forma de vida, una luz que seguir, una senda espiritual o, en algún caso, una manera de perder el tiempo como otra cualquiera. Tal vez el Yoga sea un concepto tan amplio, envolvente y personal que en él cabe todo.
Vivimos en una sociedad apresurada, dogmática, competitiva y en muchos casos despiadada. Apenas tenemos tiempo para darnos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor, tiempo para pensar lo que hacemos, como lo hacemos y porqué. En muchas ocasiones acabamos siendo fruto de los golpes y presiones recibidas. Nos empujan sin más en direcciones que ni conocemos ni nos interesan en la mayor parte de los casos. No es fácil discernir lo realmente interesante o importante de la vida. No tenemos tiempo ni de respirar. Tal vez el Yoga pueda darnos ese pequeño espacio. Cuando vamos a una sesión de Yoga y somo capaces de dejar en la puerta de la sala lo que pertenece al exterior y dedicamos una hora o dos solo a nosotros, eso es sin lugar a dudas Yoga. Si podemos apartar de nuestra mente durante un rato el pasado y el futuro y ser consciente del presente, eso es sin duda Yoga. Si por un instante puedes sentir el fluir de la respiración en tu cuerpo, eso sin duda es Yoga.
A mis alumnos les suelo decir que entiendan el Yoga como una enorme caja de herramientas. La caja está a su disposición, esta llena de herramientas, puedes meter la mano dentro de la caja y sacar una de ellas. No sabes en realidad cual vas a sacar. Algunos sacan de la caja la herramienta que necesitaban para ese momento o para su vida, otros no sacan nada, otros sacan una herramienta que no esperaban y descubren nuevas sendas por la que transitar, otros sacan alguna herramienta que no les sirve ni les interesa, alguno descubre herramientas que ni conocían y otros incluso son capaces de sacar varias herramientas a la vez. Pero al final yo solo puedo mostrarles la caja. Eres tú quien tiene que meter la mano y sacar una herramienta.
Vivimos en una sociedad apresurada, dogmática, competitiva y en muchos casos despiadada. Apenas tenemos tiempo para darnos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor, tiempo para pensar lo que hacemos, como lo hacemos y porqué. En muchas ocasiones acabamos siendo fruto de los golpes y presiones recibidas. Nos empujan sin más en direcciones que ni conocemos ni nos interesan en la mayor parte de los casos. No es fácil discernir lo realmente interesante o importante de la vida. No tenemos tiempo ni de respirar. Tal vez el Yoga pueda darnos ese pequeño espacio. Cuando vamos a una sesión de Yoga y somo capaces de dejar en la puerta de la sala lo que pertenece al exterior y dedicamos una hora o dos solo a nosotros, eso es sin lugar a dudas Yoga. Si podemos apartar de nuestra mente durante un rato el pasado y el futuro y ser consciente del presente, eso es sin duda Yoga. Si por un instante puedes sentir el fluir de la respiración en tu cuerpo, eso sin duda es Yoga.
A mis alumnos les suelo decir que entiendan el Yoga como una enorme caja de herramientas. La caja está a su disposición, esta llena de herramientas, puedes meter la mano dentro de la caja y sacar una de ellas. No sabes en realidad cual vas a sacar. Algunos sacan de la caja la herramienta que necesitaban para ese momento o para su vida, otros no sacan nada, otros sacan una herramienta que no esperaban y descubren nuevas sendas por la que transitar, otros sacan alguna herramienta que no les sirve ni les interesa, alguno descubre herramientas que ni conocían y otros incluso son capaces de sacar varias herramientas a la vez. Pero al final yo solo puedo mostrarles la caja. Eres tú quien tiene que meter la mano y sacar una herramienta.
